A diferencia de las relaciones inestables, que se caracterizan por la desconexión, las relaciones violentas se caracterizan por las discusiones y peleas amargas. Las relaciones violentas suelen empezar como relaciones inestables que no se resuelven durante años. Desgraciadamente, cuando las relaciones se vuelven violentas, la mayoría de las víctimas se sienten intimidadas a denunciar los casos a las autoridades y a los centros de salud o incluso a marcharse.
La mayoría de las veces, la violencia en una relación no es evidente. El maltrato no siempre se limita a la violencia física. Algunas formas de violencia, como la emocional, son muy difíciles de identificar. Sin embargo, hay algunos signos clave de una relación abusiva. Entre ellos se encuentran:
- Celos: Acusación constante de coquetear o ser infiel
- Posesividad: Comprobar siempre dónde está, qué hace y con quién está.
- Amenazas: Pueden romper objetos que valora, gritar o amenazar con usar la violencia si desafía su comportamiento
- Violencia física y sexual: Pueden empujarle, golpearle o forzarle a tener relaciones sexuales con ellos. También pueden dañar a sus hijos, mascotas o amigos.